Luego me veía como en una típica escena de película en la que nos estamos riendo sin razón, estaba con una gente que no conozco, en una especie de almacén con latas de conservas, las paredes pintadas de blanco, había una furgoneta aparcada y no dejaba paso así que le dije que la sacara para poder pasar bien y como me pedía opinión sobre como había quedado el almacén le dije que sacando la furgoneta sería perfecto.
Cuando nos reíamos de un chico que tenía en un su regazo una ensaladera con ensalada y una especie de morcilla que se suponía que iba a preparar algo de comer con ello, se fue la luz.
Hubo un apagón, por la ventana se veía el mar, en el mar una especie de central o estructura, en ella miles de rayos de colores, yo decía mirar, y alguien decía algo gordo va a pasar, se veía a la luz de la luna como algo caía del cielo al mar
Había gente en el agua y gritaban cada vez que caían los bultos.
De repente unos enormes ciervos salían del agua, corrían hacia tierra, uno se acercaba donde estábamos, yo decía ciervos, son ciervos lo que cae del cielo.
Alguien decía, es el apocalipsis lo dice en la biblia.
Intentábamos irnos de ahí, la gente se volvió loca.
De repente iban con los coches y ya no respetaban señales ni semáforos, en sus caras rabia, odio y desesperación, si veían a alguien querían pasarle por encima, daba mucho miedo, yo iba protegiendo a alguien mientras caminábamos por la calle, esquivando coches.