El restaurante tenia dos salones , con su propia entrada , la otra entrada daba al bar donde había cuatro mesas , todo el frente era la terraza mi territorio en verano.
Cuando yo empece ese verano había una mujer trabajando , era mas joven que las que había en la cocina.
Ella era amable conmigo , nos llevábamos bien pero al poco tiempo , al finalizar el verano se marcho yo le pedía por favor que no se marchara , pero ella me decía que no aguantaba mas ahí , que por eso se iba.
El día que ella ya no venia mas yo estaba emparejando los vidrios en sus correspondientes cajas en la parte de atrás de la cocina
y comencé a llorar , me sentía como que me había quedado desamparada , y luego mas tarde me di cuenta de que si .
a esto mi jefe me sorprendió llorando y me dijo :
-No dejes que tus lagrimas te impidan ver un nuevo amanecer
bonito verdad , pero no me sirvió de mucho para lo que se me venia.
: )